El ejercicio consistía en trasladar hasta tres cuartos de cancha, abrir hacia el costado, tirar el centro y definir. Todo a velocidad claro. Cuatro hombres de ataque, tres en defensa. Pero no hubo caso: la pelota no quería entrar. O la definición era mala o tardaban demasiado en apuntar a los tres palos. "Si vamos a hacer dos pases con tal de llegar rápido y después tiramos un centro de mierda no sirve. Si es necesario hagan tres, cuatro, cinco pases, pero vamos a terminarlas bien", les reprochó el entrenador. "Está prohibido tirar centros de mierda", les dijo. ¿El tono? Firme, sin mala onda ni enojo, pero con la determinación de alguien que quiere ser escuchado. El entrenador sabe que estos días serán claves para que Boca encuentre su rumbo y por eso busca que sus muchachos lo entiendan. A puro grito.
Fuente: Olé
