Lo llamativo es que el agresor también se dedica a ser árbitro de la disciplina. Rodrigo Zurita, jugador de la selección arbitral de Santa Cruz, recibió un cartón amarillo y reaccionó asestando un certero puñetazo al rostro del colegiado orureño Gustavo Pérez.
Zurita olvido su actividad arbitral por completo al agredir a su colega de profesión, adoptando la actitud de un jugador agresivo en extremo.