Los hinchas tiñeron ayer las graderías de rojo con las camisetas, banderas y caras pintadas para apoyar a su plantel, que además venció un clásico nacional jugado al límite.
Los aficionados del plantel visitante también tuvieron su espacio en la tribuna general. Con cánticos y banderas le dieron respaldo a su cuadro, pese a que no pudo sumar.
El recibimiento a los equipos fue emotivo. El estadio explotó en medio del humo y el papel picado que parecieron alimentar a un monstruo.
Los primeros minutos del clásico nacional se vivieron entre la expectativa, el estudio y la cautela. Ambos cuadros comenzaron el encuentro sin arriesgar, pero el más propositivo fue el equipo visitante.
Marcelo Bergese (33) y Thomaz Santos (38) tuvieron las mejores posibilidades de abrir el marcador, pero su puntería no estuvo acertada.
En la segunda etapa, Wilstermann apretó el acelerador y arrinconó a The Strongest. El delantero Óscar Díaz quedó solo frente al portero Daniel Vaca, pero estrelló el balón en el cuerpo del meta.
A los 54 minutos, Díaz conectó de cabeza y la pelota se fue lejos del arco de los visitantes.
En una jugada rápida de contragolpe, Thomaz Santos desbordó por izquierda y superó la marca de un defensa con un gran gesto técnico. Sacó un centro para Marcelo Bergese y éste, con remate de derecha, anotó el gol aviador, cuando transcurrían los 60 minutos del encuentro.
La conquista despertó al rival que buscó el arco desesperado, pero no tuvo ideas claras ni puntería para alcanzar la meta.
En los minutos finales, el Tigre arrinconó a Wilster que simplemente apeló a defenderse. Los aviadores son líderes y únicos invictos del torneo profesional boliviano.
Fuente Opinión
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