En las elecciones de AFA hubo un ganador insólito, EL PAPELÓN.
Todo se desarrollaba con normalidad y era televisado por la AFA en su canal de YouTube. Los 75 asambleístas pasaron por el cuarto oscuro, depositaron sus respectivos sobres en la urna, y a las 20.32 la elección se cerró con un aplauso cerrado. Entonces, se sacaron los sobres, mostraron la urna vacía, comenzaron a abrirlos y a sacar los votos y a contarlos. Una, otra, y otra vez. Hasta que empezaron a aparecer señales de que algo raro había ocurrido. Nadie entendía que pasaba. Había señas de Daniel Angelici, presidente de Boca, y de Claudio Tapia indicando que había un voto de diferencia. Alfredo Dagna, presidente de Olimpo y hombre de Segura, se derrumbaba en una silla y negaba con la cabeza. Nadie imaginaba lo que vendría después.
Tras el recuento de votos el resultado daba un empate 38 a 38. Insólito: sobraba un voto. Tomó la palabra Daniel Angelici, presidente de Boca: "Somos hombres de bien", dijo y propuso votar a mano alzada. Mario Leito, presidente de Atlético Tucumán, pidió la palabra y se refirió a los dirigentes de los clubes del interior que tuvieron que abandonar la asamblea para regresar a sus provincias. Enseguida, Pascual Caiella, vice tercero de Estudiantes, sugirió un cuarto intermedio para resolver la situación. Y por último, Jorge Brito, vice primero de River, apeló al estatuto: "Si no están todos los asambleístas, debemos postergar la elección".
El pedido de River fue apoyado por el comité y se postergaron las elecciones hasta nuevo aviso.
Tras el insólito empate, la palabra de los candidatos, Luis Segura y Marcelo Hugo Tinelli
El bochorno le dio la vuelta al mundo dejando en claro que la corrupción en el fútbol es crónica.
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